Lazos de intimidad

Para los investigadores del Departamento de Biología Evolutiva de la Universidad de Oxford, el beso plantea un problema evolutivo. A pesar de que parecería que no contribuye de forma evidente a la supervivencia o la reproducción, se han desarrollado varias hipótesis que parecen desmentir estos presupuestos, como que el beso sexual influye en el éxito reproductivo mediante la selección sexual pre y postcopulatoria.

Selección sexual

También se ha argumentado que tanto el beso sexual como el platónico cumplen una función afiliativa en las especies sociales. Es decir, ayuda a los individuos a desenvolverse en las relaciones, mitigar la tensión y fortalecer los vínculos. Además de estas características, existen otras hipótesis tanto para el beso platónico como el sexual, como que pueden permitir la transmisión de microorganismos que benefician la inmunidad.

El beso y la inmunidad

El beso se observa en todo el reino animal, pero para definir el beso en las especies estudiadas, los científicos lo caracterizan como una interacción que implica contacto oral-oral dirigido, con cierto movimiento de los labios y las piezas bucales, y sin transferencia de alimento. Se descubrió que el beso se da en la mayoría de los grandes simios actuales y que probablemente también se daba en los neandertales, evolucionando hace aproximadamente 21.5-16.9 millones de años.

Rito en evolución