Para cumplir con todos estos objetivos, el Proyecto Seabed 2030 ya está aportando nuevos datos de la geografía submarina, que ya están siendo útiles en muchos lugares del mundo, como Alemania, que gracias a esta información ha optimizado su pesca y reducido el impacto ambiental de la misma. Además, se están desarrollando paralelamente en todo el mundo nuevas tecnologías de exploración submarina que también están aportando una nueva configuración histórica de los mares.