Se le denomina ayuno intermitente a una práctica alimentaria basada en la restricción de la ingesta de alimentos durante varias horas al día: 12, 14, 16 y hasta 24 horas, según los objetivos que se persigan. Cuando se ayuna, el cuerpo deja de depender de la glucosa como su principal fuente de energía y recurre a las reservas de grasa para obtener energía y esto provoca un estado metabólico que ha demostrado reducir los niveles de insulina y disminuir la inflamación.