En este país, todos los días, en promedio, asesinan a 26 jóvenes y desaparecen otros 20. Sus sueños y futuro están siendo truncados y, con ello, el motor de la sociedad.

Han pasado casi dos décadas desde que el expresidente Felipe Calderón inició la llamada “guerra contra el narco”, y el escenario no sólo no ha mejorado sino que ha empeorado con el paso del tiempo. El peor momento de violencia contra los jóvenes sucedió entre 2018 y 2019, al final del gobierno de Enrique Peña Nieto e inicio del de Andrés Manuel López Obrador. Y aunque en el presente gobierno federal los asesinatos y desapariciones de jóvenes han disminuido levemente, aún están muy lejos de los indicadores de inicio de milenio.

Hombres y mujeres de entre 12 y 29 años, principalmente marginados, son asediados por el crimen organizado, sus muertes no son investigadas, padecen revictimización y violencia machista; carecen de atención a la salud mental y por adicciones, y son víctimas de trata de personas.

Esta serie de reportajes se compone de tres textos que combinan un intenso trabajo de reporteo de campo, entrevistas con especialistas de cinco regiones del país, y un riguroso análisis de datos oficiales que buscan responder a una pregunta: ¿por qué matan y desaparecen a los jóvenes en México?