La ingeniería genética es un proceso que emplea tecnologías de laboratorio para cambiar la composición del ADN de un organismo. Eso puede incluir un cambio en un único par de bases (A-T o C-G), de una región del DNA o la adición de un nuevo segmento de ADN. Su principal objetivo es la corrección de defectos genéticos y la fabricación de compuestos útiles. Gracias a esta tecnología se han podido crear cultivos resistentes, diagnosticar enfermedades y producir nuevos medicamentos.

Más que satanizarla, los especialistas señalan que las herramientas de la biotecnología debe usarse de manera responsable y utilizar sus múltiples beneficios al máximo, por ejemplo, en la agricultura debe ser accesible para aquellos campesinos y productores que quieran utilizarla como parte de una estrategia para verdaderamente modernizar el campo mexicano sin discriminar una tecnología que está siendo cada vez más usada en el mundo frente a la escasez de alimento y los efectos del cambio climático.

Hace una década se vivió una eclosión de los cambios de ADN que podían conseguirse con la tecnología CRISPR. Además de corregir pequeñas erratas del genoma, esta técnica de edición genética podía usarse para desactivar o borrar genes enteros, o insertar genes y hacer cambios en múltiples genes de manera simultánea. En la actualidad se empiezan a autorizar los primeros tratamientos de edición genética para luchar contra enfermedades como la anemia de células falciformes, una dolorosa enfermedad genética de la sangre.