Una investigación de autoridades de Australia y Colombia revela una estructura criminal transnacional que camufla droga en tequila, cera y pescados seco.
Su trabajo consiste en idear proyectos, conseguir contactos, estimar presupuestos, organizar la logística y supervisar que la mercancía llegue de un país a otro. Presume una red de proveedores y distribuidores en Latinoamérica, Europa, Asia y Oceanía con una capacidad de exportación que se mide en toneladas. Es un negociador. Pero no uno que trabaje para grandes marcas transnacionales, es más bien un facilitador de proyectos del crimen organizado: un bróker. Le apodan “Four" y es colombo australiano. 52 años.
Sus gestiones se enfocan en mover metanfetamina y cocaína escondida en diversos productos: botellas de tequila o vino, pescado seco, madera, vasos de cristal, chatarra o cera de abejas. La mercancía puede ser trasladada en embarcaciones de carga, naves petroleras e incluso en veleros.
Entre agosto de 2019 y mayo de 2021, Four ideó al menos 10 proyectos logísticos para transportar cocaína y metanfetamina de Latinoamérica a Oceanía. Las rutas por mar y aire se trazaron desde Colombia, Ecuador y México rumbo a Hong Kong, Corea del Sur y Malasia con destino final Australia, país que registra una de las tasas más altas de consumo de drogas sintéticas del mundo, según el Informe Mundial de drogas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
Propietario de un modesto hotel en el centro de Cali, Colombia, Four aparenta tener una vida común, de administrador de su negocio turístico.
Un informe de inteligencia elaborado por la Policía Federal Australiana y compartido con la Fiscalía General de la Nación de Colombia detalla propuestas para el envío de drogas a Australia que Four le presentó a Joseph Hakan Ayik, uno de los narcotraficantes que más han buscado en ese país, recientemente detenido en Turquía junto con 36 personas más.
Esta información proviene de una filtración de más de 13 millones de correos electrónicos y archivos de la Fiscalía General de la Nación de Colombia a la que tuvieron acceso 33 medios de todo el mundo, dentro del proyecto “#NarcoFiles: el nuevo orden criminal” liderado por el Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP) y con el apoyo del Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP).
Informes, fichas técnicas, reportes de intervenciones telefónicas y diversos correos electrónicos detallan la investigación que realizaron durante años la policía australiana y la fiscalía colombiana para intentar desarticular a ese grupo delictivo transnacional con conexiones en México, Colombia y Australia.
Un reporte de inteligencia de la Policía Federal Australiana da detalles de diversos proyectos para traficar drogas.
Uno de los proyectos ideados por Four partía de México: del puerto de Manzanillo, Colima a Sidney, Australia. En noviembre de 2020, el bróker le propuso a su socio australiano un plan para mover metanfetamina líquida en botellas de tequila. Four le dijo que conocía a un contacto en México con acceso a una compañía tequilera en Jalisco que estaba interesada en invertir.
El plan tenía todo calculado: la droga se disolvería en alcohol y pasaría desapercibida entre el color ámbar del tequila reposado, tono similar al de la metanfetamina líquida; cuando el cargamento llegara a su destino, el alcohol del tequila se sometería a un proceso químico para evaporarlo y dejar la metanfetamina intacta, lista para su distribución.
En su reporte de inteligencia, la policía australiana asienta que desconoce si este cargamento se logró enviar. No obstante, dos años después, en abril de 2023, la Secretaría de Marina de México dio a conocer en la conferencia presidencial que descubrió un contenedor con más de 11 mil botellas de tequila que enmascaraba 8.6 toneladas de metanfetamina líquida a punto de zarpar del puerto de Manzanillo con dirección Sidney, una de las ciudades más importantes de Australia.
Crédito: Liliana Pedraza
La exportación del cargamento fue gestionada por una compañía tequilera de Juanacatlán, Jalisco, una pequeña localidad de unos 30 mil habitantes en la zona centro del estado, al occidente de México. Es parte de la zona metropolitana de Guadalajara.
Según informes de inteligencia militar obtenidos a partir de otra filtración a correos electrónicos de la Secretaría de la Defensa Nacional de México, realizada por el grupo Guacamaya y a los que tuvo acceso El Universal, este municipio está ubicado en una región dominada por el Cártel Jalisco Nueva Generación,Cártel Jalisco Nueva Generación, y es parte de los territorios utilizados para el tráfico de droga, armas y robo de combustible.
Tres meses después del hallazgo del tequila cargado con droga en Manzanillo, otro cargamento con destino a Australia fue detectado en el mismo puerto. El pasado 26 de julio de 2023, la Secretaría de Marina encontró 5.4 toneladas de metanfetamina líquida disuelta en 7 mil 200 botellas de mezcal artesanal.
Pero en esta ocasión, el mezcal que iba a ser exportado provenía de una empresa de Culiacán, territorio donde opera el Cártel de Sinaloa, un lugar que no es conocido por su producción mezcalera.
La ruta de drogas de México a Australia se ha fortalecido en los últimos años. Según el más reciente reporte de drogas de la Agencia Criminal Australiana, ACIC (por sus siglas en inglés), México es el tercer país que más envía metanfetamina a ese país, superado sólo por Tailandia y Estados Unidos.
John Coyne, especialista en seguridad estratégica y crimen organizado transnacional e integrante del Australian Strategic Policy Institute, explica que Australia es un mercado muy atractivo para los cárteles mexicanos.
“El mercado de drogas ilícitas de Australia, si bien no es tan grande como el de Estados Unidos o Europa, ofrece grandes ganancias. Tiene dos características únicas, los consumidores tienden a consumir más drogas con mayor frecuencia y están dispuestos a pagar mucho más”, afirma.
En los últimos seis años, entre 2017 y 2023, la policía australiana ha reportado al menos 13 cargamentos con cocaína y metanfetamina enviados desde México que fueron descubiertos en los puertos locales de Melbourne, Sydney, Perth y en la región de Nueva Gales del Sur.
También se han documentado cargamentos que salieron de México y dirigidos a Australia que fueron detenidos en Hong Kong.
Los cárteles mexicanos han intentado introducir droga de contrabando a Australia en pieles de vaca, concentrado de plata, sacos de cemento, botellas de aceite de canola, agua de coco, artesanías mexicanas, cuero sintético, transformadores eléctricos, equipo de cómputo y hasta en el interior de una prensa hidráulica. Los decomisos en el país de Oceanía suman al menos tres toneladas de cocaína y cuatro toneladas y media de metanfetamina que cruzaron el Océano Pácifico desde México.
Coyne asegura que los cárteles mexicanos no tienen presencia física ni dominio del territorio australiano, lo que hacen es operar como mayoristas y facilitadores de droga de grupos criminales locales.
En las calles de Australia, dice el especialista, la droga es distribuida por pandillas de motociclistas u organizaciones delictivas de Medio Oriente que establecen relaciones de conveniencia con los cárteles mexicanos.
Al respecto, Raúl Benitez Manaut, catedrático del Centro de Investigaciones sobre América del Norte en la Universidad Nacional Autónoma de México, considera que el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación son las únicas organizaciones criminales mexicanas con capacidad logística para exportar drogas a Australia.
“Sólo Jalisco y Sinaloa tienen esa capacidad, y en los últimos años Jalisco está desplazando a Sinaloa porque el gobierno de Estados Unidos y México le están dando muchos golpes a Sinaloa y a Jalisco no le han dado golpes estratégicos”, destaca.
El especialista explica que las redes de tráfico de drogas que utilizan la infraestructura del comercio exterior son exitosas, pues se valen de la incapacidad de las autoridades aduanales en todo el mundo para registrar todos los cargamentos que ingresan a los recintos portuarios. Y ejemplifica el caso de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP por su siglas en inglés), la cual solo tiene capacidad para registrar menos del 1% de los contenedores que llegan de México.
“Es absolutamente imposible revisar todos los contenedores, si se intenta revisar más se vuelve un caos y se afecta toda la cadena de distribución de las mercancías. Es imposible parar cocaína, heroína, metanfetamina; entonces sólo se pueden hacer inspecciones que traen información de inteligencia coordinada, como en este caso de los australianos”, señala.
Se solicitó vía Ley de Transparencia información estadística sobre los decomisos de droga en México con destino a Australia a las secretarías de Marina, Defensa Nacional, Relaciones Exteriores, Seguridad y Protección Ciudadana y a la Fiscalía General de la República. Todas negaron la información o entregaron registros de decomisos sin especificar la procedencia ni el destino.
En Australia la prensa le apoda “The Facebook Gagnster”. Un mote alusivo a la vida de lujos que presumía en sus redes sociales antes de convertirse en uno de los objetivos prioritarios de las autoridades. Joseph Hakan Ayik o Hakan Reis es un turco australiano de 46 años que ha sido buscado por la Interpol desde diciembre de 2010. La Policía Federal de Australia lo acusa de tráfico de drogas. El pasado 2 de noviembre fue capturado en Turquía. Según las autoridades desde ahí operaba sus negocios en colaboración con distintas organizaciones criminales, entre ellas los cárteles mexicanos.
Durante tres años, la PFA registró todas las conversaciones que Ayik tuvo con Four, el bróker que facilita proyectos de drogas. Los criminales fueron espiados a través del Operativo Ironside, que permitió la captura de unos 224 integrantes del crimen organizado en diferentes partes del mundo.
La PFA utilizó agentes infiltrados para convencer a los delincuentes de comunicarse por medio de Anom, una aplicación de mensajería cifrada que les garantizaba la privacidad de sus conversaciones. Sin embargo, los criminales desconocían que Anom había sido intervenida previamente por el FBI, la agencia federal de investigación de los Estados Unidos.
Entre 2019 y 2021, la PFA y el FBI siguieron los planes de varias organizaciones delictivas que utilizaban la plataforma Anom. Interfirieron las conversaciones que Ayik tuvo con Four y otras cuatro personas: Chiu, un asiatico radicado en Hong Kong; Berthiaume, un canadiense residente en España, y Rivkin y El Mito, dos colombianos que operaban entre Colombia y Europa.
Este grupo criminal transnacional trabaja con compañías exportadoras que se involucraron deliberadamente con el tráfico ilegal, pero también con otras empresas que desconocen que sus productos serán contaminados con droga en el camino.
Reporte de inteligencia de la PFA compartido con la Fiscalía General de Colombia en el que se detallan las conversaciones entre Ayik y Four
Según los registros de sus conversaciones, hacen negocios con organizaciones delictivas de Ecuador, Chile, México, España y Colombia, y también tienen acceso a funcionarios aduaneros que facilitan las exportaciones en cada puerto marítimo o aéreo donde arribe la carga.
En febrero de 2021, Four propuso utilizar la ruta formal de una compañía colombiana que llevaba cinco años exportando pescado seco cada semana, desde Cali, Colombia, hasta Hong Kong, China. Sin que la empresa lo supiera, Chiu, el enlace en Hong Kong, planeó realizar un pedido a la compañía de pescados colombiana, y una vez que el cargamento estuviera a punto de partir, los contactos de Four en el Aeropuerto de Cali se encargarían de ocultar la cocaína en el pescado.
En otro proyecto similar se utilizó a una compañía maderera de Ecuador que exportaba piezas a Praga, República Checa. En este caso, la compañía sí se involucró y les garantizó experiencia en la exportación de cargamentos de cocaína.
La empresa aseguraba que podía esconder hasta 300 kilogramos de cocaína en dos contenedores cargados con unas 300 piezas de madera. El plan parecía avanzar hasta que el empresario elevó los costos. La oferta incluía utilizar el nombre e infraestructura de la compañía y la mano de obra para camuflar la droga. Al grupo le pareció demasiado costoso y el proyecto se detuvo.
Cuando la Fiscalía General de la Nación de Colombia recibió el informe de inteligencia que le compartió la PFA, inició una investigación para seguir los pasos de Four y los otros dos colombianos: Rivkin y El Mito.
Hasta el momento, este equipo periodístico no ha podido comprobar si estos personajes han sido detenidos.
Consultada al respecto, la Fiscalía General de Colombia rechazó proporcionar información sobre los implicados.
“La Dirección Especializada contra el Narcotráfico de la Fiscalía General de la Nación no puede brindar la información relacionada con la persona mencionada, ni ofrecer conceptos teóricos respecto del tráfico de drogas entre Latinoamérica y Oceanía”, señala en un breve comunicado.