La mayor parte del polvo mineral transportado en la atmósfera de la Tierra proviene de regiones áridas o secas de todo el mundo, pero los científicos necesitan herramientas más puntuales para determinar qué tipos de minerales transporta el viento desde esas regiones, pues estos materiales afectan el medio ambiente de diferentes maneras: transformando la química atmosférica, los ecosistemas terrestres, e incluso, la salud humana.