Las fuerzas de convección en el centro del huracán de Otis fueron alimentadas por el patrón climático de El Niño, que canalizó aún más calor de lo esperado hacia el Océano Pacífico Tropical; sin embargo, la tendencia del aumento de temperatura gradual que han tenido los oceános por el calentamiento global, alerta sobre estos fenómenos. Según lo consigna un reciente artículo de la revista Science, cuando Otis se acercó a la costa, cruzó una zona de agua que alcanzó un promedio de la temperatura del agua de 31 grados, un promedio mucho mayor esperado para finales de octubre.