El futuro de los eventos climáticos

Las fuerzas de convección en el centro del huracán de Otis fueron alimentadas por el patrón climático de El Niño, que canalizó aún más calor de lo esperado hacia el Océano Pacífico Tropical; sin embargo, la tendencia del aumento de temperatura gradual que han tenido los oceános por el calentamiento global, alerta sobre estos fenómenos. Según lo consigna un reciente artículo de la revista Science, cuando Otis se acercó a la costa, cruzó una zona de agua que alcanzó un promedio de la temperatura del agua de 31 grados, un promedio mucho mayor esperado para finales de octubre.

Otis y el calentamiento de los mares

Para monitorear y rastrear el desarrollo y movimiento de un huracán, los meteorólogos dependen de la teledetección por satélite, así como de datos recopilados por los famosos aviones cazahuracanes. Una de las herramientas que buscan facilitar esta tarea es el desarrollo de un radar de nueva generación, diseñado por el Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR) de la Fundación Nacional de Ciencias de EU. El radar matriz en fase aerotransportado (APAR) permitirá a los científicos tomar muestras de la atmósfera con una resolución espacial más alta y explorar profundamente el corazón de las tormentas.

¿Cómo rastrearlo?

Utilizando las últimas técnicas de modelado por computadora, un reciente estudio logró identificar dos modos completamente diferentes de intensificación rápida de un huracán. Estos hallazgos podrían conducir a una mejor comprensión y predicción de estos peligrosos eventos. En el denominado "maratón", la tormenta sigue intensificándose simétricamente a un ritmo moderado mientras el vórtice primario se amplifica constantemente; mientras que en el "sprint" las ráfagas explosivas de tormentas provocan una reorganización del ciclón y la aparición de un nuevo centro.

La intensificación de un huracán