Pero este verano, los modelos sugieren cambios importantes en la temporada de lluvias. Con el fenómeno breve de La Niña, que ocurrió a inicios de este 2025, las temperaturas son menores que en los últimos años, pero en la fase neutra en que nos encontramos se propician periodos de lluvia. Los servicios meteorológicos anticipan que este mes, el primero más lluvioso del año, será mucho más lluvioso de lo habitual, debido a un notable incremento en la actividad tropical con ondas muy activas y posibles perturbaciones o ciclones que se desplazan desde el Caribe, Golfo de México y Pacífico hacia nuestro país.

Después de septiembre las condiciones se proyectan extremadamente secas a nivel global. Es así que el cambio climático plantea un desafío evolutivo sustancial para la vida en la Tierra. Las plantas son particularmente sensibles al clima, ya que no pueden reubicarse para mitigar su impacto. Un estudio recientemente publicado en Science pone de frente a la naturaleza con los extremos ambientales históricos. Las plantas han desarrollado una serie de estrategias, desde cambios fisiológicos que aumentan la eficiencia del uso del agua hasta cambios en el tiempo de floración para evitar períodos de sequía.

Todos estos cambios ambientales afectan la energía disponible de las plantas para su desarrollo, pero comprender estas compensaciones es particularmente importante en el mejoramiento de cultivos, donde el objetivo de maximizar el rendimiento. Algunos modelos predicen reducciones en el rendimiento de los cultivos de 7 a 23% como resultado del cambio climático, así que compensar estos efectos requerirá soluciones creativas. La diversidad de estrategias adaptativas encontradas en especies de plantas silvestres puede proporcionar algunas de las respuestas.