Fenómenos irreversibles

Hace unos días, un terremoto magnitud 8.8 levantó alertas de tsunami en toda la costa del océano Pacífico. La información histórica registra el arribo de 60 tsunamis a la costa occidental de México en los últimos 250 años. Los tsunamis de origen lejano han tenido olas de 2.5 metros de altura y los de origen local han tenido olas de cinco metros en promedio, y excepcionalmente, hasta diez metros de altura, causando pérdida de vidas y bienes con la consecuente destrucción de comunidades.

En el fondo del mar

Las conexiones internas y externas de la Tierra son las causantes de que cualquier fenómeno natural tenga una respuesta en otro punto geográfico, pero en el caso de terremotos y tsunamis, el efecto es claro y recurrente. Los terremotos y tsunamis han impulsado la evolución de herramientas de medición cada vez más sofisticadas a lo largo de la historia. Desde los primeros sismoscopios hasta los sistemas modernos de alerta temprana, la tecnología ha avanzado para entender, intentar predecir y mitigar los efectos de estos fenómenos naturales.

Los lazos de la Tierra

Un tsunami es una serie de olas generadas por un desplazamiento repentino y considerable del océano. Los grandes terremotos bajo o cerca del lecho marino son la causa más común. En la actualidad, más allá de los sistemas tradicionales de boyas y sensores submarinos, existen modelos impulsados por la Inteligencia Arttificial (IA) que son capaces de realizar un monitoreo cada vez más preciso en tiempo real, enriqueciendo las alertas tempranas más sofisticadas del mundo.

El futuro de las alertas