Con lupa científica

Existen diferentes estudios para determinar los efectos del fuego en el medio ambiente y en cómo restaurarlo. Esto incluye estudiar el impacto en el suelo, el agua y la vegetación, así como el potencial de almacenamiento de carbono, pues las zonas boscosas son un importante "sumidero de carbono", es decir, un sistema ecológico que captura y almacena el carbono de la atmósfera, pues permanece atrapado en los tejidos de las plantas hasta que la planta se quema o se descompone. A nivel mundial, casi el 20% del carbono de la Tierra se almacena en biomasa.

El carbono de la Tierra

Una de las formas para estudiar las afectaciones del suelo después de un incendio es mediante la evaluación de las costras biológicas. Se trata de comunidades de microorganismos que se encuentran en la superficie del suelo de los ecosistemas áridos y semiáridos. También se les conoce como biocostras y están formadas por cianobacterias, líquenes, musgos y diferentes particulas del suelo, cuyas funciones son fijar nitrógeno atmosférico, estabilizar el suelo, regular los flujos biogeoquímicos, controlar la infiltración y la erosión, así como mejorar el equilibrio del agua en los ecosistemas semiáridos.

El potencial del suelo

Según datos del proyecto ClimaMeter, financiado por la Unión Europea y el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS), las condiciones meteorológicas, similares a las que han desencadenado los incendios forestales de Los Ángeles, son ahora hasta 5 °C más cálidas, un 15% más secas y hasta un 20% más ventosas en comparación con el pasado. Para llegar a esta conclusión, se compararon sistemas de bajas presiones similares durante finales del siglo XX (1950-1986) con los de las últimas décadas (1987-2024), un periodo en el que los efectos del cambio climático se han hecho más evidentes.

El impacto del cambio climático