Las hipótesis del covid prolongado incluyen la presencia de un reservorio viral que permanece en el organismo; inflamación crónica, desarrollo de anticuerpos (como resultado de respuestas antivirales) que atacan y dañan por error los propios tejidos u órganos de una persona; disfunción plaquetaria y mayor tendencia a formar coágulos de sangre dentro de los vasos sanguíneos. También se presenta disfunción del sistema nervioso autónomo por lo que no se pueden controlar procesos como la frecuencia cardíaca o la presión arterial.

Las personas con covid prolongado también presentan niveles reducidos de serotonina periférica. Esto impide la actividad del sistema nervioso vago, que transmite señales entre el cuerpo y el cerebro, perjudicando así las respuestas del hipocampo y la memoria. Finalmente, varios estudios darán más respuestas a los estragos del virus. Cuatro años después de que comenzara la pandemia causada por el SARS-CoV-2, millones de personas están debilitadas por un síndrome que incluye fatiga aplastante, dolores de cabeza persistentes y dificultad para respirar.

Sin tratamientos confirmados, los pacientes y sus médicos están experimentando con diversas estrategias. Este año, los científicos esperan que algunos de los primeros ensayos clínicos controlados con placebo de posibles tratamientos de Covid prolongado den resultados. Se corroborará eficacia de medicamentos antivirales y anticuerpos monoclonales, que se dirigen al propio virus SARS-CoV-2. Otros candidatos apuntan a diferentes anomalías identificadas como sistema inmunológico hiperactivo, confusión mental y frecuencia cardiaca anormal.