Tal como los humanos visten menos capas de piel ante el calor, los pigmentos en las células forman parte de los procesos de floración anticipados. Esto tiene un impacto en todo el ecosistema, pues los insectos llegan más tarde, cuando ya está más limitado su alimento, mientras que a las aves les sucede algo similar al buscar insectos para alimentarse. Esto influye en sus hábitos de reproducción, y a mediano y largo plazo; en la supervivencia de las especies. Los mamíferos también buscan refugios menos cálidos, propiciando el intercambio de virus que pueden llegar a los humanos.