La intención es que los Juegos Olímpicos de Paris se conviertan en los más ecológicos de la historia. Uno de sus principales objetivos es reducir la huella de carbono a la mitad que sus antecesores. En Londres (2012) y Río de Janeiro (2016) se generaron 3.3 millones y 3.6 millones de toneladas de CO2, respectivamente. Para lograr este objetivo, trazó la metodología ARO (evitar, reducir, compensar, por inicio de siglas en inglés). Se utiliza 95% de la infraestructura existente y se reducirán las emisiones, pero las que no puedan evitarse serán compensadas mediante proyectos de beneficios tanto medioambientales como sociales en los cinco continentes.