Fenómenos como El Niño y La Niña, que alternativamente calientan y enfrían el océano Pacífico tropical, pueden contribuir también en las temperaturas globales de uno a otro año. El fuerte episodio de El Niño que comenzó en la primavera boreal de 2023 contribuyó a avivar el calor extremo del verano y el otoño del año pasado. Hay una probabilidad del 49% de que La Niña se desarrolle entre junio y agosto, y una probabilidad del 69% de que se desarrolle entre julio y septiembre.