vínculos entre los índices de envejecimiento y longevidad de algunos grupos poblacionales con los entornos, rasgos y comportamientos de los animales.
Algunas
tortugas
llegan a
vivir más de 150 años. En un estudio reciente, un equipo internacional se dispuso a examinar datos de más de 100 poblaciones de cuadrúpedos de sangre fría.
Entre
las más
longevas
de todas las especies animales, se encuentran algunas especies de aves. Los investigadores creen que las aves envejecen lentamente porque maduran tarde y porque algunas tienen baja fecundidad.
Más
recientes
investigaciones
sobre las aves también muestran datos que sugieren que las aves tienen mecanismos para protegerlos de daño oxidativo y que puede regenerar muy fácilmente algunas neuronas en sus cerebros.
La mayor
parte de las
investigaciones
sobre la variación del envejecimiento en los animales se ha enfocado en las aves y los mamíferos, pero incluso las lombrices ofrecen información sobre las conexiones a nivel celular que prolongan la vida.
El
descubrimiento
de que las
moscas de la fruta y los gusanos redondos portan genes que afectan su longevidad, es importante particularmente porque muchos de esos genes tienen contrapartes humanas.
El periodo
final del
envejecimiento
es similar en el perro y en el humano, solo que los canes llegan más rápido. Esto es algo que convierte al perro en un buen modelo de envejecimiento y mortalidad humana.
Una singular
estructura
cartilaginosa
en las rodillas de los canguros les permite resistir la fuerza de repetidas flexiones y el impacto del suelo. El estudio de estas capacidades podría ayudar a mejorar los materiales empleados en los implantes artificiales de rodilla.
En 5%
puede
crecer
la esperanza de vida en los humanos, si mantienen periodos de descanso profundo. Los beneficios han sido comparados a nivel metabólico con la hibernación animal.