la picadura de un mosquito infectado. Es una enfermedad que afecta personas de todas las edades y para la cual no hay tratamientos específicos disponibles.
Los síntomas
varían
entre una
fiebre leve a fiebre incapacitante, acompañada de dolor intenso de cabeza, ojos, músculos y articulaciones. La enfermedad puede progresar a dificultad respiratoria y/o daño grave de órganos.
Se han
desarrollado
varias vacunas
de virus atenuados contra el dengue, pero solo dos de ellas han llegado a completar la fase III de los ensayos clínicos en humanos: la más esperanzadora es la TAK- 003.
Los
mosquitos
infectados
con la bacteria wolbachia han demostrado no tener descendencia con el virus, lo que reduce en 77% las poblaciones de vectores infectados.
Las infecciones
por dengue
en mujeres
embarazadas pueden tener un impacto negativo en los primeros años de vida de los niños. Se considera que controlar las poblaciones de mosquitos es la estrategia más eficaz para prevenir la propagación.
Según un
nuevo
estudio,
los aumentos en tres factores climáticos (temperatura, precipitaciones y calentamiento de los océanos) pueden ayudar a predecir el crecimiento de la población de mosquitos durante un periodo de seis meses.
Los hallazgos
sobre
proyecciones de
la presencia del dengue pueden ayudar a diseñar programas para limitar la propagación de enfermedades transmitidas por mosquitos.