Amor, amor, amor

Recientemente, un ambicioso artículo publicado en la revista Cerebral Cortex, de Oxford University Press, relaciona seis diferentes tipos de experiencias amorosas con reacciones precisas en diferentes partes del cerebro. La comprensión de los mecanismos neuronales del amor no sólo puede ayudar a orientar los debates filosóficos sobre la naturaleza del amor, la conciencia y la conexión humana, sino que los investigadores esperan que su trabajo mejore las intervenciones de salud mental en afecciones como los trastornos del apego y la depresión.

La naturaleza de las conexiones humanas

Por otra parte, nuevos estudios sobre la influencia de la IA en las experiencias amorosas muestran cómo el ser humano se está adaptando cada vez más a la compañía de creaciones virtuales. Lo que hace una década era una anécdota fílmica, como el hecho de enamorarse de un sistema operativo con una voz sensual, ahora se ha convertido en una realidad. Decenas de compañías ofrecen parejas virtuales adaptadas a intereses y objetivos espécíficos que prometen disposición las 24 horas, tal como terapistas de tiempo completo.

La IA marca el ritmo

La influencia de las imágenes en el veloz mundo digital, ha convertido a la experiencia visual en el mecanismo más certero para sentir atracción por el otro, desechando otras herramientas biológicas insertas en los demás sentidos, como el tacto, el aroma o el gusto. Las nuevas formas de seducción se reducen a un menú de imágenes y a un listado de gustos guiados por la IA que de igual manera encienden estructuras interconectadas en el sistema límbico que nos hacen sentir inmediata empatia o rechazo por los otros, sin siquiera haber cruzado una palabra.

Seducción en transición