Starliner despegó de Cabo Cañaveral el cinco de junio para llevar a dos astronautas de la NASA, Suni Williams y Butch Wilmore, a la Estación Espacial Internacional para acoplarse al puerto delantero del módulo Harmony. La NASA y Boeing detectaron fugas de helio y experimentaron problemas con los motores de control de actitud de la nave el 6 de junio, cuando Starliner se aproximaba a la Estación Espacial. Desde entonces, los equipos de ingeniería revisaron datos, las pruebas de vuelo y tierra, así como los planes de contingencia de retorno. La incertidumbre y la falta de consenso entre los expertos los llevaron a concluir hace una semana que no era seguro regresar en la nave de Boeing.