El establecimiento de las Áreas Naturales Protegidas (ANP) tiene el objetivo de preservar los ambientes representativos de las diferentes regiones biogeográficas y ecológicas; así como salvaguardar la biodiversidad de los ecosistemas más frágiles, especialmente con especies con algún nivel de riesgo. Las Áreas Naturales Protegidas son las herramientas más efectivas de conservación y adaptación para enfrentar los efectos del cambio climático.

Las zonas protegidas que suma nuestro país cubren alrededor del 12% de la superficie terrestre y el 25% de la superficie marina del territorio nacional. Entre los retos para la protección de estos espacios, los especialistas señalan la necesidad de presupuesto para su adecuada gestión y el diseño integral e impulso de actividades económicas sustentables y regenerativas en zonas ambientalmente sensibles que rebasan las fronteras de las ANP.

Las ANP federales se dividen en las siguientes categorías: Reservas de la Biosfera, Parques Nacionales, Áreas de Protección de Flora y Fauna, Áreas de Protección de Recursos Naturales, Monumentos Naturales, Santuarios y Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación. Una de las más recientes ANP es El Parque Nacional Bajos del Norte que protege la conexión natural de ecosistemas entre el Caribe Mexicano y el Golfo de México.