Lo primero que Jaim Cherem recuerda es que el ataque comenzó en pleno Shabat y en la fiesta de la Torá, el día más alegre del año para la religión judía. Explica que, entre las celebraciones religiosas del judaísmo, esta es la única en la que se permite bailar al interior de la sinagoga, donde festejan el fin y comienzo del ciclo del estudio de sus libros sagrados.
De la manera más inesperada, un día en que lo usual es cantar y darles dulces a los niños, “fue tener de pronto 200 mensajes en WhatsApp: Hamas se infiltró al Estado de Israel y hay al menos 50 muertos nuestros”.
Por supuesto, esto cambió con el paso de las horas y la llegada de nuevas noticias, pues agrega que “la indignación inicial tomó otras dimensiones al enterarnos que los muertos no eran 50, sino eventualmente mil 800 más 200 secuestrados”.
Jaim resalta que esta cifra es la más grande de asesinados judíos desde la Shoá, es decir, el Holocausto, y señala que por lo tanto es la mayor matanza de civiles en la historia del estado judío.
De ahí, las noticias sólo fueron agravándose, lo que para él implicó dimensionar que alguien a quien conoces ha muerto o tiene un familiar muerto, “es un tema de cercanías”, dice.
En su caso, como alguien que trabaja para su comunidad en causas sociales, tanto para Israel como para México, tiene numerosos conocidos en ambos países, que en poco tiempo le comunicaron sus experiencias, mismas que accedió a compartir con tal de proteger sus identidades.
El testimonio de quien pidió su anonimato y llamaremos SH, corresponde a una amiga de Cherem, que es mexicana, pero hace años decidió ir a vivir a Israel por trabajo. Esposa de un soldado reservista israelí (miluim), ahora enfrenta el reto de cuidar a sus hijos con el padre en el frente de batalla: “Mi esposo, R está de miluim. Se fue la primera noche en la madrugada”.
SH no tardó en trasladarse a una región del norte, con familia de R, pues según le comentó a Jaim y demás miembros de su comunidad “está muy duro estar sola con mis dos hijos y encerrados en casa y corriendo a refugio si hay alarmas. Además de la parte emocional, que es más llevadero estando acompañada”.
En cuanto a sus connacionales, SH refirió que “la gente aquí está descorazonada y desesperada. Pero movilizándose en tomar acción, donar a soldados, reunir cosas que se necesitan, abrir las casas para recibir a gente del sur, etc”.
Por desgracia, la historia de SH es una entre las muchas que la comunidad judía le ha externado a Jaim. Una de las más desgarradoras recibió cobertura de la prensa internacional en breve: el menor de edad que sobrevivió gracias a que su madre lo protegió con su propio cuerpo.
Sin embargo, para Jaim Cherem no fue sólo cuestión de ver las noticias al encender un dispositivo como la televisión o la computadora. Su experiencia fue abrir el chat de una comunidad judía en línea y leer el mensaje que escribió nadie menos que la tía del menor sobreviviente.
“No puedo creer que estoy compartiendo estas palabras, pero llega el punto en que tengo que hacerlo”, comenzó “Abie”, en el chat. “Mi hermana y mi cuñado fueron asesinados hace una semana, el sábado en el kibbutz donde se encontraban viviendo”.
En el relato (en inglés) que Jaim comparte directo con esta redacción, Abie narra que su hermana escondió a su sobrino de 16 años “bajo una pila de sábanas y se recostó encima antes de que le disparasen a ella misma, de modo que le salvó la vida”.
“Mi cuñado fue asesinado al instante. Sus dos hijas mayores (21 y 19 años) se escondieron debajo de sus camas por 14 horas en sus “dormitorios de adulto" en el kibbutz, antes de ser rescatadas”.
Dado que Jaim procura ayudar a su comunidad en cada forma posible, no deja de difundir que, de acuerdo con el testimonio de Abie, el menor y sus hermanas, ahora huérfanos, perdieron casi todo, tanto en familia directa como en el aspecto material, y que ante la “montaña de burocracia” para ser guardianes legales, buscan apoyo.
Es por ello que nuestro entrevistado no duda en compartir el link de la plataforma de donaciones “Gofundme”, donde se puede ver la colecta pública “Ayuda a los niños Troen – Mathias”, que aunque también se despliega en inglés, permite donaciones desde veinte dólares.
Ante el escenario de Oriente Próximo, donde miles de israelíes perdieron la vida, Cherem afirma que “sin duda México es seguro para los judíos”, pero no tarda en agregar que esta vez, la magnitud de las agresiones en redes sociales y en la calle es algo que nunca habían visto, por lo que la situación se torna preocupante.
En las muestras de apoyo a Palestina también hay voces de mexicanos, como Eduardo Rivas, quien es egresado de Sociología por parte de la UNAM, además de fundador y coordinador general del Comité Universitario de Solidaridad con el Pueblo Palestino (CUSPPA).
Rivas no tiene familia en la zona del conflicto ni es de ascendencia palestina, pero desde hace 20 años se especializó –voluntariamente– en la cultura y política del país árabe. Su principal interés se detonó en 2004, cuando leyó la noticia sobre el asesinato del líder de HAMAS, Ahmed Yasín.
“¿Por qué mataban de esa manera a estas personas?”, se preguntó el también fundador de la Red Académica de Solidaridad con Palestina-México (RASPAM). En noviembre de 2019 fundó CUSPPA, como un ejercicio universitario que mantuviera presente el tópico sobre el conflicto israelí-palestino a través de eventos políticos y culturales que exponen la historia del país árabe.
El comité recurre a actividades artísticas y dinámicas como vía para visibilizar la resistencia palestina, pues no cuentan con financiamiento que les permita impactar de forma económica. Realizan murales, exhibiciones fotográficas, ponencias o muestras de baile.
“Nos gusta mostrar otra cara, no siempre de la ocupación, sino otros aspectos como el cultural, histórico, gastronómico, deportivo y literario que exhibimos a la par que se denuncia la ocupación [israelita]”, sostuvo Rivas en su entrevista con EL UNIVERSAL.
Resalta la intención de CUSPPA de incluir actividades para niños dentro de sus conmemoraciones. A través de dibujos y pinturas despiertan el interés infantil por la cultura palestina, además de pedirles que envíen un mensaje para los ciudadanos del país árabe.
Miembros del Comité Universitario y sus colaboradores dan breves explicaciones a los menores sobre la forma de vida en Palestina y las dificultades o carencias que enfrentan los infantes allá, para demostrarles la importancia de que expresen solidaridad con otros niños.
“La idea es integrar a la mayor cantidad de gente posible: obreros, amas de casa, organizaciones barriales”, nos compartió Eduardo Rivas. “No podemos encasillar a los palestinos todo el tiempo como víctimas, eso lo hacemos notar en nuestros eventos”, aunque su principal objetivo es fomentar la empatía del pueblo de México hacia sus iguales en Palestina.
“Debates [sobre el conflicto bélico] no hacemos muchos, porque no tenemos contacto con personas que sean contrarios a la causa palestina, posiblemente conoceremos a algunos, pero no aceptan las invitaciones y nosotros no tenemos el interés de buscarlos”
Sólo un par de sus integrantes tiene conexiones familiares o amistades palestinas; el resto de los miembros son cien por ciento mexicanos que forjaron su interés al informarse sobre las confrontaciones bélicas que azotan la región.
A pesar de sus intenciones, el Comité Universitario no logra contactarse o acercarse con la comunidad palestina en México. “No sé por qué razón, muy pocas veces han acudido a los eventos”, comentó su coordinador general, “creo que sólo asisten a eventos multitudinarios y en fechas importantes”, como el día de la Independencia de Palestina, celebrado cada 29 de noviembre.
La convocatoria del Comité Universitario y de la Red Académica se extiende a cualquier estudiante que demuestre “interés por Palestina” y colabore con los eventos que organice la asociación, según nos explicó su fundador.
CUSPPA tiene presencia en la UNAM, además de contar con integrantes en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y en León, Guanajuato. La Red Académica también incluye profesores e investigadores del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y del CCH Oriente.
La asociación estudiantil no asume responsabilidades con organizaciones nacionales o internacionales, como partidos políticos, pues “sólo tenemos compromiso con el pueblo palestino”. Pero eso no los limita a entablar alianzas con otras asociaciones que compartan sus posturas.
Su unión principal es con la Organización para la Liberación de Palestina. La OLP se instituyó desde 1964 en Jerusalén y es la única representación palestina reconocida frente a la ONU; llegó a México desde los 70 y CUSPPA colabora con ellos de forma simbólica, enviando cartas y obras pictóricas para expresar solidaridad. Sobre si miembros de CUSPPA sufrieron alguna agresión o amenaza por su labor de divulgación, Rivas nos comentó que, “afortunadamente, en todos los años que estamos haciendo este trabajo por Palestina, no hemos tenido ninguna eventualidad”.
“Tratamos de ser lo más diplomáticos en todas las áreas, procuramos ser cuidadosos con el lenguaje y no caer en ninguna provocación, y hemos trabajado con saldo blanco durante todos estos años”, nos compartió el coordinador de la organización pro-Palestina.
Con el resurgimiento de las hostilidades, numerosas agrupaciones mexicanas convocan a concentraciones y mítines de apoyo para ambos países. Uno de esos encuentros ocurrió el viernes 20 de octubre, frente a la embajada de Israel en México, donde obtuvimos algunos testimonios.
Los manifestantes señalaron que no hay vías para apoyar al pueblo palestino, por lo que ven limitadas sus acciones. “He buscado lugares para donar dinero o cosas en especie, pero no sé si son seguros o si llegarán a Palestina, nos expresó una manifestante anónima”.
Ella no tiene familiares ni conocidos en la región afectada, pero nos aseguró que la confrontación bélica “la abruma demasiado”. “Lo más que podemos hacer es seguir hablando y no convertirnos en cómplices [del conflicto]”, puntualizó.
Otro testimonio que obtuvimos frente a la casa de representación israelita vino de una joven mexicana que apenas regresó de una estadía en Alemania y tiene amigos palestinos que también emigraron al país europeo. Ella consideró que los México y Palestina padecen “heridas históricas” parecidas, por lo que es “importante para los pueblos solidarizarse con los otros”.
La joven manifestante nos compartió que las manifestaciones alemanas a favor de Palestina “fueron canceladas [por represión social y gubernamental] y cuando la gente aun así salía, la policía reprimió las protestas”. “Violentan a la gente que sea pro-palestinos. Para ellos, eso es antisemitismo”, mencionó.
Minutos después nos acercamos a Aimée, quien también protestó frente a la embajada de Israel; su padre era palestino y ella acudió a la concentración del viernes 20 para protestar por la situación del país árabe, pues aprovecha cualquier oportunidad para abordar tan delicado tema.
“Estoy orgullosa de lo que soy, de donde vengo. Y estoy aquí, desde mi trinchera, tratando de poner mi granito de arena; aunque sean actitudes de solidaridad, manifestación, para expresar la tristeza de quienes viven allá y no pueden expresar”, nos compartió.
También platicamos con participantes que acudieron a la protesta multitudinaria pro-Palestina, realizada el domingo 22 de octubre en Paseo del Reforma. Un reducido número de asistentes tiene amigos o familiares cerca del conflicto, pero eso no les impidió empatizar con el país árabe.
Entre los testimonios que logramos estuvo el de una manifestante musulmana, quien, además de las protestas multitudinarias a las que asiste, acompaña a la comunidad palestina con oraciones, pues “todos somos hijos de Alá, somos hermanos”.
Un representante de la Coordinadora de Solidaridad con Palestina (CORSOPAL) –asociación convocante para la marcha de ese domingo– también nos invitó a las conferencias y otras actividades que organizan para que los mexicanos se involucren con la resistencia palestina.
Algunos simpatizantes de la CNTE o de los Normalistas de Ayotzinapa también expresaron su solidaridad con el país árabe durante la protesta multitudinaria. Aunque no participen en otros eventos que difundan la cultura palestina, varios contingentes de lucha social se suman a otras las causas que consideran justas.
Entre los manifestantes de ambas concentraciones hubo judíos, musulmanes, niños y adultos mayores, mexicanos y extranjeros, quienes asistieron de forma individual y voluntaria, respaldando a una comunidad palestina resguardada, tal vez agradecida por las muestras de apoyo, pero enfrentando su preocupación en silencio y con muy discreta presencia pública.