La capa más superficial de la Tierra, denominada litósfera, forma una especie de rompecabezas que integra las placas tectónicas. Los movimientos y el calor generados en las partes más internas del planeta, produce la ruptura y liberación repentina de energía acumulada en las rocas que se irradia en diferentes direcciones. El temblor nace y transforma la vida de las urbes.

Todos los días se generan decenas de sismos, pero el 19 de septiembre se ha convertido en un día emblemático que nos recuerda nuestra fragilidad ante los fenómenos naturales, por los fuertes terremotos de 1985 y 2017; así como otro con menores efectos en 2022. No existe evidencia científica que avale que este día ocurrirá otro sismo de magnitud considerable, pero la fecha es un recordatorio puntual para la revisión de estrategias.

La inteligencia artificial proporciona diversas herramientas para el análisis de una mayor cantidad de datos. Es así que este tipo de estudios potencializan tres áreas de estudio fundamentales en la prevención contra sismos: la detección y análisis de áreas de riesgo no identificadas previamente, un mejor entendimiento del impacto y daños potenciales, así como la generación de herramientas más precisas para visualizar el fenómeno con mayor antelación.