El fenómeno tiene una gran influencia en las condiciones climáticas de diversas partes del mundo. Tras tres años consecutivos de un inusualmente persistente y prolongado periodo de La Niña, que afectó a los patrones de temperatura y precipitaciones en distintas partes del mundo, actualmente se vive una fase neutra en espera del fenómeno El Niño. Después de la sequía determinada en gran parte por La Niña, estamos pasando por una fase neutra, donde lo que ocurre en el Pacifico Ecuatorial, no influye de manera determinante en precipitaciones y temperatura.