Inteligencia Artificial

La tentación de crear máquinas que imiten el cerebro humano es casi tan vieja como el humano mismo, pero desde mediados del siglo pasado se empezaron a generar herramientas cada vez más puntuales para cristalizar este sueño, como el aprendizaje profundo y el análisis predictivo. También se dio lugar a un campo de estudio totalmente nuevo: la ciencia de datos. Estas herramientas paulatinamente se han vuelto más eficaces para entrenar a las máquinas que aspiran a pensar como nosotros.

La conquista de las máquinas

La IA está haciendo interesantes aportaciones para el desarrollo artístico y científico. La industría del entretenimiento aprovecha sus recursos no solo para predecir de manera puntual qué producciones pueden ser más exitosas. Los algoritmos de IA analizan grandes cantidades de datos para recrear digitalmente la apariencia y voz de actores vivos o fallecidos, así como cambiar su edad al gusto. También ayudan a corregir y crear guiones. Esto ha generado temor en varios sectores.

Predicción y creación

En la actualidad, no existe una legislación específicamente diseñada para regular el uso de la IA. Estos sistemas se regulan por otras normativas existentes, entre ellas, las leyes de protección de datos, derechos de autor, de protección de los consumidores y de competencia en el mercado. Europa será la primera potencia mundial en tener su propia Ley sobre Inteligencia Artificial. El Informe sobre Inteligencia Artificial en la Era Digital ha marcado las líneas en lo que sería una legislación pionera.

Regulación necesaria