En Chalco, Estado de México, se apostó por un estadio en lugar de usar los recursos para drenaje, pavimentación, centros de salud, escuelas y banquetas. La obra no fue solicitada por la comunidad, al igual que otros estadios de beisbol, el deporte favorito del presidente.
Las calles de la localidad San Martín Cuautlalpan, al oriente de Chalco, en el Estado de México, son una mezcla de cascajo con tierra. Aquí las banquetas son escasas, aparecen en fragmentos en algunas de las avenidas principales, casi nunca en las calles secundarias que llevan a los 16 mil habitantes a sus hogares. En las noches, la oscuridad domina porque no hay luminarias públicas.
Esta localidad es una de las más marginadas del municipio, un vivo reflejo de la historia de Chalco, que era un lago que fue desecado artificialmente desde hace más de 300 años para dar paso a terrenos agrícolas y asentamientos humanos desordenados, sin planeación. San Martín Cuautlalpan forma parte de un Polígono de Atención Prioritaria, un área delimitada por expertos, que aglomera localidades donde el rezago urbano y social de la población es alto.
Aquí, y en otras 41 colonias detectadas, hay necesidades tan básicas como un sistema de drenaje que haga frente a las constantes inundaciones en temporada de lluvia, pavimentación de calles para evitar encharcamientos y agua entubada para abastecer a unas 13 mil personas que no tienen el servicio; además, faltan banquetas, alumbrado público y rampas para personas con discapacidad. Requiere de parques, centros de salud, hospitales, escuelas y bibliotecas, según quedó reflejado en el Programa Territorial Operativo (PTO) que hizo el Instituto de Geografía de la UNAM en 2020, a petición del ayuntamiento que dirige Miguel Gutiérrez Morales del partido Morena.
San Martín Cuautlalpan es una de las localidades con un grado alto de rezago urbano.
Para municipios como Chalco, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador instauró en 2019 el Programa de Mejoramiento Urbano (PMU). Cada año, busca que las personas que habitan en manzanas con medio, alto y muy alto grado de marginación “reduzcan sus condiciones de rezago urbano y social mediante la mejora en el acceso a bienes y servicios”. Con él, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) ha hecho obras en 135 municipios. El gobierno subsidia el desarrollo de calles integrales, servicios básicos, equipamiento urbano y espacios públicos.
El PMU, dice en las reglas de operación, debe considerar que sus acciones y apoyos cumplan con los principios de equidad e inclusión, coherencia y racionalidad, además de considerar la seguridad urbana y sus riesgos, entre otros.
Pero en Chalco, las necesidades básicas quedaron de lado. Se privilegió la construcción de un estadio de beisbol en una de las colonias con menor rezago urbano. Costó 14.9 millones de pesos.
El nuevo estadio de beisbol tiene unas gradas de concreto techadas y otras más donde pega con fuerza el rayo del Sol. El pasto es sintético, perfectamente cuidado, mientras que la zona del infield y el montículo de pitcheo son de grava.
Es un espacio silencioso, con poca gente, apenas se percibe el ruido de los motores de los autos que pasan cerca y el trinar de las aves. El ambiente suele ser así, dice el policía de la entrada, pues el número de usuarios se ha reducido con el tiempo. Las bancas son de metal y su techo de lámina. Tiene baños sencillos, las tazas no tienen tapa y uno de los lavabos ya está roto. Este espacio es de medidas infantiles, fue creado para que los niños, niñas y adolescentes chalquenses se preparen en este deporte.
El estadio no ha ganado la popularidad esperada, el beisbol no es el deporte predilecto para los chalquenses.
FOTO: Atenea Campuzano
La colonia Casco de San Juan, donde está el estadio, es muy distinta a San Martín Cuautlalpan y otras localidades con medio, alto y muy alto grado de marginación compuestas por 95 conjuntos de manzanas (AGEB). Está en una zona que, según la Conapo, tiene un índice de marginación catalogado como “muy bajo”. Las calles están pavimentadas, tienen banquetas y luminarias. Casi no hay tiraderos clandestinos de basura. Por estar cerca de la cabecera municipal tiene una amplia variedad de servicios: parques, módulos deportivos, mercados, escuelas, drenaje y agua entubada.
Esta mañana de miércoles, el campo está vacío. Hay cuatro jóvenes en el área de la cancha, pero ninguno viene a jugar beisbol. Lucía está ahí para bailar con sus amigos. Martín está matando el tiempo, recostado bajo la sombra de las gradas. José y Miguel están de paso, vienen a grabarse haciendo ejercicios de calistenia para sus seguidores. El nuevo campo espera aún para llenarse de vida.
El estadio se inauguró en agosto de 2021, después de tres meses de retraso en su construcción. Se abrió una convocatoria para invitar a personas de entre 4 y 14 años a formar parte de la nueva “Escuela Municipal de Beisbol Chalco”. En un inicio hubo buena respuesta, se impartían clases todas las tardes de lunes a viernes. Pero actualmente, sólo entrenan miércoles y viernes porque el número de inscritos, que ya era reducido, se hizo más pequeño. El equipo de Chalco no juega en ninguna liga, sólo mantienen partidos amistosos cada quince días.
Este campo de beisbol nació como parte de la visión de gobierno que anunció el presidente López Obrador desde que era candidato electo: impulsar el beisbol y crear prospectos mexicanos para las Grandes Ligas, un sueño propio que vio truncado cuando joven. Es una de las obras beisboleras que se consolidaron entre 2019 y 2022 con recursos del PMU en al menos 26 municipios del país.
Salvador Espinosa, atleta paralímpico, vive en la colonia Alcanfores, en esa área que no ha cambiado mucho en una década y que está incluida en el Polígono de Atención Prioritaria 3 de Chalco.
Recuerda que hace seis años el gobierno municipal le puso drenaje a su colonia, pero dejó inconclusa la obra durante la temporada de lluvias. “Los hoyos en el pavimento no se ven, en terracería menos. Iba rodando en mi silla y me hundí. Me sacaron los vecinos de una profundidad de un metro 20”. El agua le llegó al pecho.
Esa historia que hoy cuenta entre risas, puso en peligro su vida y se convirtió en un parteaguas. “De ahí dijimos esto no está bien, vamos a ir a presionar al municipio para terminar el drenaje”. Junto con su esposa Graciela Sánchez, también atleta con discapacidad motriz, logró que emparejaran la calle, aunque la promesa de pavimentación aún no se concreta. Desde entonces se han dedicado a tocar puertas en cada administración municipal para impulsar lo más básico: pavimentación y banquetas con rampas.
“Las administraciones anteriores nunca habían prestado oído, ahorita nos han escuchado y hemos participado en el diseño de rampas. Se está haciendo muy despacio, pero al menos logramos algo”, reconoce Sánchez.
Lo que no ha avanzado es su petición de que Chalco tenga un espacio deportivo con un enfoque integral para personas con discapacidad. La respuesta del municipio, aseguran, siempre ha sido la misma: no hay dinero para eso.
Salvador Espinosa y Graciela Sánchez acuden constantemente al ayuntamiento a transmitir las necesidades que tiene el municipio.
FOTO: Atenea Campuzano
Para el Polígono del que forma parte su colonia se sugirió un centro de salud, la rehabilitación de deportivos y parques, así como la reconstrucción del centro de desarrollo comunitario Unión Guadalupe.
“Probablemente habrá quien guste del beisbol, pero no es un deporte para todos. Siempre va a ser preferible un nuevo espacio deportivo a otra cosa, pero debieron haber consultado a los habitantes para encontrar una instalación más acorde a nuestra sociedad porque aquí el beisbol se practica poco”, reflexiona Salvador.
Y es que en Chalco el beisbol no es el deporte rey. Ahí domina el futbol soccer y se practican otras actividades como futbol americano, basquetbol y danza. No es que no haya quien lo juegue, pero la realidad, aseguran vecinos entrevistados, es que el deporte no es popular entre ellos.
De hecho, en el PTO, un instrumento de planeación urbana que sirve para concertar obras en pro del ordenamiento territorial, no se encontró como una urgencia la creación de un espacio con enfoque besbolístico. El estudio es muy claro: ya hay suficientes espacios deportivos para los chalquenses, pero están en abandono y necesitan mejoras.
Para ejemplo, el Campo Deportivo Atlahuite de la colonia El Olivar. Se trata de una cancha de futbol de tierra, rodeada de árboles de pirul, llantas abandonadas, basura, cascajo y más tierra, mucha tierra. Las líneas del área chica, del penalti y la marca del tiro de esquina están ya casi desdibujadas. La portería es apenas un marco de metal que perdió la red hace tiempo. Este es uno de los dos centros deportivos mapeados en la localidad San Martín Cuautlalpan.
Está a casi 9 kilómetros de distancia del nuevo estadio. Aquí se han gritado goles, disputado torneos entre colonias y llorado derrotas desde hace años. Aquí no se ha invertido un peso.
Este espacio es uno de los ubicados en el análisis territorial como uno de los deportivos existentes que sólo requieren mejoras.
FOTO: Alejandra Crail
Tras su análisis, los especialistas del Instituto de Geografía de la UNAM recomendaron que en esta zona se desarrollara un nuevo parque, se ampliara la casa de cultura y se mejoraran las condiciones de las dos canchas de futbol y de dos parques que están en mal estado.
Entre ese mar de posibilidades, con el PMU sólo se hicieron obras en la Escuela Primaria Eduardo Mendieta de esta localidad: un parque aledaño y la remodelación. Sin embargo, el resto del esfuerzo federal se concentró en la zona centro del municipio, donde las carencias son menores. Parte de los recursos destinados sirvió para consolidar el estadio de beisbol que no forma parte de ningún polígono prioritario.
El gobierno federal ha gastado, por medio de la Sedatu, mil 700 millones de pesos en obras beisboleras distribuidas en 11 estados del país en los últimos tres años.
En Chalco no está el estadio más caro que ha construido o remodelado la Sedatu, se trata de un lugar sencillo que no logra la popularidad esperada y del que no hay claridad de cómo se definió su construcción. Este último punto se repite en las otras obras enfocadas al beisbol que se han desarrollado entre 2019 y 2022 en el país.
La Sedatu, organismo federal que brinda los recursos, asegura que para que un municipio reciba el subsidio debe solicitarlo por escrito, señalando las obras que necesita el territorio y que podrían consolidarse con los recursos federales. Pero la información que la dependencia otorgó vía transparencia muestra que en el 61.5% de los casos la definición de los proyectos enfocados al beisbol no se dio así.
En 11 de 26 municipios donde se instauró una obra relativa al beisbol, la Sedatu no entregó copia del oficio de solicitud: no hay claridad sobre quién solicitó la obra. Vía transparencia, los municipios confirmaron no haber hecho esa petición.
En otros cinco, los oficios dan cuenta de que fue la Sedatu la que sugirió el desarrollo de proyectos enfocados al beisbol. “Esa Secretaría puso a consideración de este ayuntamiento el Plan de Acciones Urbanas que contenía la cartera de proyectos”, se lee en los documentos de Cunduacán y Jalpa de Méndez en Tabasco, Hermosillo en Sonora y Palenque en Chiapas.
Entre los proyectos propuestos por la Sedatu está el Estadio Luis Anzaldo Arroyo donde juegan las Guacamayas de Palenque, cuya marca está registrada a nombre de Pío López Obrador, hermano del presidente de México.
En enero de 2021, la Sedatu aseguró que la intervención se hizo por solicitud del municipio, pero los documentos muestran que fue el organismo federal quien propuso la obra, aunque ésta fue finalmente respaldada por el gobierno municipal.
Oficio de solicitud enviado por el municipio de Palenque a la Sedatu, obtenido vía transparencia.
Otras cuatro solicitudes las realizaron gobiernos estatales, entre ellas la intervención del Estadio Centenario donde juegan Los Olmecas, equipo de la Liga Mexicana de Beisbol, a petición del exgobernador de Tabasco, Adán Augusto López.
Chalco es uno de los seis municipios que envió su solicitud de forma independiente. Gutiérrez Morales, presidente municipal de Chalco, envió su oficio el 11 de febrero de 2020 acompañado del estudio del territorio. El funcionario no pidió explícitamente un estadio de beisbol, pero ofreció una cartera de proyectos en la que colocó el campo como de “prioridad alta”, pese a que el estudio no había arrojado este proyecto como una necesidad de la comunidad.
Desde el 31 de marzo de este año se solicitó al gobierno municipal una entrevista sobre cómo determinó que el estadio de beisbol era una obra prioritaria para Chalco y por qué se antepuso por encima de las otras necesidades detectadas, pero al cierre de esta edición no dio respuesta. La Sedatu tampoco quiso hacer comentarios respecto a cómo definió financiar proyectos beisbolísticos en este y otros municipios del país.
VIDEO: Atenea Campuzano
Texto: Alejandra Crail
Video: Paola Reyes, Diego Prado y Atenea Campuzano
Fotografías: Atenea Campuzano, Alejandra Crail, Diego Prado, Presidencia, Sedatu
Edición de Video: Paola Reyes
Diseño Web: Rodrigo Romano