Recientemente se presentó el informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes 2024 de la ONU, donde se subrayan datos sobre la inclusión de fentanilo, carfentanilo o nitacenos en la fabricación de drogas sintéticas, lo que ha aumentado la potencia de las drogas, muchas veces hasta niveles mortales. Especialistas del Colegio de la Frontera Norte hablan sobre el impacto de esta sustancia en ciudades fronterizas del noroeste, como Tijuana y Mexicali, donde las cifras de consumo se han disparado con fuerza en los últimos años, destacando la idea de que México, más allá de la producción y distribución de estupefacientes, también está engendrando un grave problema de consumo.

Los investigadores subrayan la grave perdida que significó para el país la Encuesta Nacional de Adicciones, pero ante la falta de datos, han tenido que buscar en las redes existentes de ONG s y los reportes de algunos centros contra las adicciones. De esta forma se ha logrado detectar la incidencia de la droga en ciudades fronterizas, pero aún hay muchos retos para recabar datos de una droga que se utiliza para adulterar otras y donde los principales grupos afectados son personas deportadas que llegan de EU con adicciones, individuos en situación de calle y consumidores de drogas duras como la cocaina y la heroína.

Estudios forenses en la frontera, han ayudado a visualizar la magnitud del problema, pues en prácticamente todos los fallecimientos por sobredosis o por efectos de drogas ha estado involucrado el fentanilo. En este sentido, a los especialistas les resulta de muy poco impacto una campaña como la de la Secretaría de Salud enfocada a nuevos consumidores y con un mensaje estigmatizado sobre el poder de la familia. Respecto al consumo de drogas en el país, no hay estrategias de reducción de daños, ni esperanzas de recobrar las herramientas científicas por excelencia: los datos que hacen ciencia.