Para que ocurra una tormenta geomagnética como la ocurrida hace unos días, es necesario que coincidan una llamarada potente del Sol y la órbita de la Tierra. Si bien las condiciones actuales mantienen alejada la activación de una máxima alerta, los climatólogos espaciales advierten que no se debe bajar la guardia. Actualmente, siguen apareciendo importantes poderosos flujos magnéticos por las regiones 3655 y 3664 del Sol.