Existen diversos factores que determinan que un sismo sea más destructivo que otro, como la energía liberada (magnitud) y la profundidad del foco; mientras más profundo, será menos destructivo. Otros factores determinantes son: duración del movimiento, velocidad de las ondas sísmicas, distancia al epicentro y características de los suelos. Finalmente, también cuenta el tipo de construcciones y los materiales utilizados en las edificaciones.