Ciencia en movimiento

El descubrimiento y estudio de las placas tectónicas hace casi 70 años se considera de las grandes revoluciones científicas del último siglo. La explicación a muchos de los fenómenos sísmicos más importantes de los últimos años es que son consecuencia del movimiento de las placas y de fallas activas. En la actualidad, diversas disciplinas y herramientas científicas permiten estudiar con más profundidad estas fallas para calcular el peligro sísmico.

Revolución científica

La paleosismología analiza sedimentos geológicos en busca de signos de terremotos antiguos y las trazas de las fallas activas que son capaces de generar grandes eventos sísmicos; por otra parte, diversas técnicas de interferometría, que funcionan con herramientas como imágenes RADAR de satélite, pueden cuantificar la tasa de acumulación de esfuerzos en estas fallas. Este tipo de estrategias ayudan a determinar áreas de riesgo asociado a los sismos.

En busca de pistas

Existen diversos factores que determinan que un sismo sea más destructivo que otro, como la energía liberada (magnitud) y la profundidad del foco; mientras más profundo, será menos destructivo. Otros factores determinantes son: duración del movimiento, velocidad de las ondas sísmicas, distancia al epicentro y características de los suelos. Finalmente, también cuenta el tipo de construcciones y los materiales utilizados en las edificaciones.

Grado de destrucción