La participación de miles de voluntarios en todos los puntos de la Tierra ha ayudado a comprender mejor nuestro planeta y sus límites más allá del espacio. Existe una variedad de proyectos de ciencia ciudadana impulsados por la NASA que contribuyen diariamente a obtener más datos para describir las transformaciones y devenir de nuestro entorno. Las observaciones son registradas en la página de la Agencia mediante un procedimiento sencillo del que cualquiera puede formar parte.

El entorno magnético de la Tierra está lleno de una sinfonía de sonidos que no podemos escuchar. En todo nuestro planeta, las ondas de frecuencia ultra baja componen una opereta cacofónica que retrata la relación dramática entre la Tierra y el Sol. Un nuevo proyecto de ciencia ciudadana financiado por la NASA llamado HARP, o Heliofísica auditada: resonancias en plasmas, ha convertido esas ondas que antes no se escuchaban en silbidos, crujidos y silbidos audibles que voluntarios del mundo han ayudado a detectar.

Otros proyectos de ciencia ciudadana que se han fortalecido en los últimos años en la NASA para la observación de fenómenos en la Tierra y en el espacio son: observación de nubes en Marte, cazadores de planetas, observaciones comunitarias de nieve, cazadores de chorros solares, reporteros de deslizamientos terrestres, aplicación de mapas de poblaciones de pingüinos, paisajes sonoros y observación de regiones activas solares.