Con sus once mil kilómetros de costas en el Pacífico y el Atlántico, México es altamente vulnerable a los efectos de la crisis climática, como tormentas, sequías e incremento del nivel del mar. En este último aspecto, comparte riesgos con otras naciones latinoamericanas, como Argentina, Brasil y Panamá, expuestas también a la llegada irreversible del agua.