La alta mar abarca 60% de los océanos fuera de las aguas nacionales. Durante décadas, los grupos ambientalistas habían abogado por proteger estas aguas de la pesca, el transporte marítimo y otras actividades. Pero el marco legal existente, basado en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982 (UNCLOS), no establecía formas de preservar la biodiversidad en alta mar. Como resultado, solo el 1% estaba altamente protegido, principalmente en el Mar de Ross en el Océano Austral, donde se creó un área protegida en virtud de un tratado antártico.