Carlos Loyo, subdelegado de la Sedatu en Veracruz, reconoce en entrevista el reporte del ayuntamiento de Xalapa y asegura que están atendiéndolo. Ante las fallas, tuvieron que asignar más dinero: el sobrecosto fue de siete millones de pesos aproximadamente.

El problema en obras del PMU no es exclusivo de Veracruz. De Baja California a Tabasco, de Nayarit a Campeche, pasando por Tlaxcala, Morelos y el Estado de México, en municipios de al menos 16 estados donde el programa ha asignado recursos millonarios hay gobiernos municipales que reportan problemas con los inmuebles nuevos, también la Sedatu ha encontrado inconvenientes.

Las construcciones fueron subsidiadas a través del programa que instauró el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y que tiene como finalidad realizar obra pública para reducir el rezago de las zonas más vulnerables del país. Con esa idea, se han demolido mercados, deportivos y escuelas funcionales para dar paso a nuevas estructuras; también se han levantado nuevos centros culturales, de salud y entretenimiento en terrenos abandonados; y, en algunos casos, se han intervenido vialidades, redes de agua y drenaje o colocado alumbrado.

Entre las quejas se enumeran materiales de baja calidad, filtraciones de agua, redes hidráulicas deficientes, drenajes sin conexiones, fugas, falta de impermeabilización, problemas de seguridad, carencia de planos arquitectónicos y de sistemas eléctricos, grietas en muros y pisos, baños sin puertas, falta de rampas para personas con discapacidad y varias más.

Las respuestas brindadas vía transparencia por la dependencia federal y los municipios, cotejadas con una búsqueda hemerográfica, revelan que hay al menos 55 obras repartidas en 20 municipios que han tenido problemas durante su ejecución o bien, se entregaron con deficiencias.

Las edificaciones son consideradas inseguras, poco higiénicas e inoperativas, informaron los ayuntamientos. También hay quejas por la mala planeación, pues en el diseño no se consideró el clima, qué tan alta es la humedad, si hay riesgo de salitre, tampoco el tipo de suelo, ni las dinámicas locales.

La Sedatu, a cargo de Román Meyer Falcón, es la dependencia que elige los proyectos propuestos por los ayuntamientos y/o estados, asigna el presupuesto, designa a las empresas que diseñan el proyecto arquitectónico y a las que construyen, también vigila que cumplan con la calidad prometida.

Ante obras imperfectas, el aumento de recursos para solventar su mala planeación y/o ejecución se ha vuelto una característica del Programa.

A los habitantes de la colonia Unidad del Bosque Ferrocarrilera, en Xalapa, Veracruz, les sorprendió que la Sedatu ideara un Centro de Ecotecnias en el Bosque Los Pinos, un área verde de 2.2 hectáreas con árboles de hasta 80 años de edad. De acuerdo con su nombre, sería un espacio para aprovechar eficientemente los recursos naturales y materiales de manera sostenible.

El proyecto fue impulsado en la administración del morenista Hipólito Rodríguez, quien en 2021 logró que la Sedatu invirtiera los primeros 1.5 millones de pesos para el diseño. Ya entonces vecinos y ambientalistas se habían amparado para evitar que el parque fuera intervenido. El expresidente municipal se excusó de pronunciarse sobre el tema. Con el cambio de administración y la llegada de Ahued Bardahuil, la Sedatu retomó el proyecto y, pese a la negativa vecinal, comenzó la obra.

Para la construcción del proyecto de 45 millones de pesos se ingresó maquinaria pesada que dañó las raíces de los árboles y acabó con unos 15 ejemplares, explica Laura Arias, vecina y abogada. Muestra en su teléfono imágenes de la maquinaria que ingresó al terreno para cavar un hoyo que terminó por llenarse del concreto que hoy sostiene cuatro estructuras triangulares de acero cubiertas de tejas. Las estructuras son tan altas que las aves chocan contra ellas y caen heridas al suelo.

A pesar de ser un proyecto edificado en nombre de la sustentabilidad, no tiene sistema de captación de agua de lluvia ni usa celdas solares, tampoco hay garantía de que los espacios se utilicen para enseñanzas ambientales. Sólo se plantea crear un huerto urbano y personal de la Sedatu asegura que el concreto que se colocó en los andadores permite la absorción de agua.

“No cumplieron con la memoria técnica, con la planeación original. Cada edificación, nos dijeron, iba a ser sustentable. Manejaban tratamiento de aguas, captación de agua, fotoceldas para ahorrar energía, y pues ninguno de esos lineamientos se cumplió. En cambio, agregaron una caseta de cobros con colado, un estacionamiento, concreto”, señala Arias.

En junio pasado, un juez concedió un amparo a siete vecinos que deja sin efecto el Dictamen Técnico de Impacto Ambiental que avala la obra, pues se determinó que se violó el derecho de los habitantes de participar de manera informada en los asuntos que pudieran afectar su derecho al medio ambiente sano. El gobierno municipal interpuso un recurso de revisión contra el ordenamiento del juicio de amparo 1038/2022.

Además de la disputa legal, el ayuntamiento de Xalapa tiene un listado de deficiencias. Encontró estructuras oxidadas, puertas sin cerraduras, fisuras en piso, carencia de rampas y la falta de un listado de las ecotecnias del proyecto, entre otros.

En la colonia La Lagunilla, la renovación de la Unidad Deportiva corre con la misma suerte. La lista de defectos incluye hasta la ausencia de rampas para personas con discapacidad. Esta obra de 46.7 millones de pesos se hizo en un espacio donde los vecinos recuerdan haber pasado tardes enteras jugando al futbol, pero que quedó sin uso desde hace más de un año que inició la remodelación.

En Veracruz, así como en otros lugares del país, se ha denunciado la imposición de proyectos ajenos a las necesidades y dinámicas de las comunidades. También el uso de materiales inadecuados para el clima local, elevando el costo original de los proyectos.

En Minatitlán, Coatzacoalcos, Córdoba y Xalapa se han tenido que rehabilitar construcciones nuevas apenas meses después de su entrega. En Minatitlán ocurrió con la Estación de Bomberos a la que le salió salitre. Lo mismo ocurrió en Coatzacoalcos. “No me justifico, ni a la dependencia, pero hay factores que influyen en el comportamiento del material. Finalmente, todo se está rehabilitando”, explica Loyo, subdelegado de la Sedatu en Veracruz, quien recalca la importancia de que los municipios participen en el mantenimiento de los inmuebles construidos. En otros estados el tabique rojo o la madera que se utilizó no soportó ni la humedad ni las lluvias.

La Casa de Música de Nacajuca, Tabasco, se llevó el Premio ArchDaily a la Obra del Año 2023, pero no resistió los embates del clima: presentó oxidación, termitas en la madera, humedad y moho, socavones en la base de las paredes. Pese a la belleza exterior, las nuevas construcciones no resisten.

En Tabasco, en el ayuntamiento de Cunduacán, se utilizó tabique rojo para realizar el estadio de béisbol Domingo Colín, así como del Centro de Convivencia. El material inadecuado no soportó la humedad ni las lluvias: hay filtraciones de agua y el tabique rojo se ve ennegrecido por la humedad. En un oficio enviado a la Sedatu el 24 de marzo se detalla que “esta situación se ha reportado sin obtener una solución contundente”.