El narcotráfico es un negocio que se extiende por el mundo entero. La cocaína puede tener sus orígenes en una plantación en Colombia, luego ser reempaquetada en México, procesada en los Países Bajos y vendida a consumidores en países tan remotos como Bulgaria. Los mercados están en auge en Asia, África y Australia, generando miles de millones de ingresos ilícitos que luego fluyen por todo el planeta a través de transferencias bancarias, pagos en efectivo y otras transacciones.
Pero los daños no se reparten por igual. Son los países en desarrollo los que con más frecuencia se ven estrangulados por los tentáculos de violencia, corrupción, destrucción medioambiental e inestabilidad económica del narcotráfico. El carácter transnacional de estos delitos -así como las bandas y los carteles que los perpetran- exige que los periodistas que buscan exponerlos cooperen más allá de las fronteras.
NARCOFILES: el nuevo orden criminal, la mayor investigación de este tipo que nace en América Latina, se puso en marcha con este objetivo.
El proyecto se originó con una filtración sin precedentes de correos electrónicos de la Fiscalía General de la Nación de Colombia. El Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP), el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP), Vorágine y Cerosetenta / 070 accedieron de manera temprana a los datos, que luego compartieron con más de 40 medios de comunicación, EL UNIVERSAL es uno de ellos. Periodistas de 23 países trabajaron en las investigaciones, principalmente en América Latina, pero también en Europa y Estados Unidos.
A partir de las pistas encontradas en los datos filtrados, los periodistas elaboraron docenas de artículos que revelan las múltiples formas en las que los grupos de crimen organizado evolucionan, se expanden y experimentan en el mundo moderno, dejando nuevas víctimas a su paso.
Siga leyendo para descubrir lo que OCCRP y sus socios han revelado.
Cómo la producción de la droga se extiende a Centroamérica y Europa.
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