COMUNIDAD LGBTIQA+

Desaparecida entre desaparecidos

Las desapariciones crecieron dos veces: de 12 en 2019 a 36 en 2022, según registros de organizaciones civiles. El 65% de los casos corresponden a mujeres trans.

Por: Laura Jiménez
Fotografía: Paola Reyes

Dos mujeres transgénero desaparecieron el 18 de septiembre de 2020 en Zapopan, Jalisco. Kenia Duarte Pérez, de 20 años, le dijo a su madre que iba de regreso a casa, en la colonia popular Mirador Escondido, pero nunca llegó; Karla García Duarte, de 22, fue vista por última vez en la colonia Vista Hermosa. La ausencia de las jóvenes movilizó a sus familiares y a organizaciones civiles.

Ambos casos llegaron al Comité contra la Desaparición Forzada de las Naciones Unidas (CED) y se generaron las Acciones Urgentes UA979/2020 y UA980/2020, que son solicitudes a las autoridades de los tres niveles de gobierno para implementar de manera inmediata "todas las medidas necesarias para buscar a una persona desaparecida". Se pidió una estrategia de búsqueda e investigación adecuada que considerara la identidad de las víctimas y se exhortó al Estado a realizar las acciones bajo el principio de no discriminación y con un enfoque diferenciado y de género, sin embargo, después de tres años continúan desaparecidas.

En la última década, el CED ha emitido 423 Acciones Urgentes por desaparición dirigidas al Estado mexicano; 28 personas han sido localizadas con vida y 19 muertas.



Ana Pérez, madre de Kenia, considera que los esfuerzos de organizaciones locales y de la ONU no han mostrado resultados tangibles en su caso, se siente desilusionada, aunque sus compañeras de colectivo le dicen que tenga fe. “Perder a mi hija me ahoga. Esto me está matando, pero aquí sigo de pie y en la lucha. La tengo que encontrar. Seguiremos buscando a Kenia y a Karlita”, afirma.

Cuando Kenia tenía cinco años le dijo a su familia que quería Barbies en lugar de carritos. “La encontraba con pelucas y faldas pero no me incomodó. Ella me dijo que quería ser niña y era tanto el amor que le tenía que yo le cumplía sus gustos; era mi princesa”, cuenta su madre.

A los 14 años, Kenia pidió permiso para usar maquillaje, y aunque su madre apoyaba las decisiones de su hija, otros miembros de su familia no lo hacían.

Kenia y Karla se hicieron muy amigas, y ambas se enfrentaron a una comunidad hostil por ser mujeres trans.

Karla se mudó con Kenia y su madre Ana cuando cumplió 13 años. Adoptó el apellido Duarte porque las consideraba familia, cuenta la señora. Estuvieron juntas en la adolescencia y posteriormente cada una tomó su camino pero se seguían frecuentando. “Siempre se les dio apoyo, amor y más que nada respeto”.

“De mujeres trans se oyen pocos casos pero es la realidad de lo que estamos viviendo. Siento que algún día Dios me va a regresar a Kenia, no como yo quisiera porque el corazón de madre no engaña, y sé que mi hija ya no está con vida, pero no pierdo las esperanzas”, dice.

Las fichas de búsqueda de Duarte Pérez y de García Duarte no circularon de manera oportuna. La organización Unión Diversa de Jalisco, que acompaña a las familias, señala que hubo transfobia institucional. La violencia fue notoria cuando en una conferencia de prensa de la fiscalía local se refirieron a las víctimas en masculino, negando su identidad.


Ana Pérez, madre de Kenia

Ana Pérez, madre de Kenia, refiere que a su hija siempre le brindó amor, respeto y apoyo.


MUJERES TRANS, LAS MÁS VIOLENTADAS

La desaparición de personas lesbianas, gays, bisexuales, travestis, transgéneros, transexuales, intersexuales, queer y demás expresiones e identidades de género no binarias, y el posible crimen de odio, es registrada por activistas del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio contra Personas LGBT+ en México desde 2019, cuando notaron un incremento de la violencia y la invisibilización de esta problemática.

Gloria Careaga, activista lesbiana que forma parte del Observatorio y de la Fundación Arcoíris, indica que hay un abandono institucional porque no hay una estadística nacional que registre los crímenes de odio.

La Fundación Arcoíris es parte de las 64 organizaciones que integran el Observatorio en México y advierte que la vulnerabilidad ante la desaparición atañe más a jóvenes en situación de pobreza y este perfil lo comparten las víctimas de la población general y de la comunidad diversa.

En mayo de 2023, el Observatorio dio a conocer la Guía para el registro y seguimiento sobre desaparición de personas LGBTI+ elaborada por Marta Laura Carranza, con el fin de proporcionar un contexto y herramientas para identificar patrones de víctimas, de perpetradores y apoyar a la búsqueda y localización de personas con un enfoque que incluye las orientaciones, expresiones e identidades de género.

En México, una de cada 20 personas se identifica como LGBTIQA+, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género (Endiseg) de 2021 del INEGI. La población de la diversidad sexual y de género asciende a cinco millones de personas.

Con el objetivo de dar respuesta a la falta de datos sobre crímenes de odio, se creó el Observatorio con voluntarios y organizaciones de los estados; se realizaron capacitaciones para documentar agresiones y situaciones de riesgo que van más allá de los asesinatos.

Las organizaciones destacan que las mujeres trans tienen más reportes por agresiones y desaparición, le sigue la comunidad gay y lésbica, pero en ocasiones este enfoque diferenciado no se menciona o se desconoce al momento de la denuncia y la difusión de las cédulas de búsqueda. Los datos sobre otras disidencias son escasos.

Tranquilina

El registro de la organización Centro de Apoyo a las Identidades Trans (CAIT) reporta que por cada caso de desaparición visible hay tres que no son tomados en cuenta. De diciembre de 2010 a septiembre de 2022 se identificaron 124 personas LGBTIQA+ como desaparecidas, 65 continúan con ese estatus, mientras que 33 fueron localizadas con vida y 26 muertas.

La documentación refiere un aumento en las desapariciones. Pasaron de 12 en 2019 a 36 en 2022. El 65% de los casos son de mujeres trans y los estados de Jalisco y Baja California ocupan los primeros lugares en cantidad de personas desaparecidas de identidades de género y orientaciones sexuales no normativas.

“Lo que hemos ubicado es que son las mujeres trans quienes sufren de manera más acrecentada este tema de la desaparición. Es un tema del que poco se habla, no es un tema común, incluso dentro de los propios grupos de personas desaparecidas. Generalmente hablamos de personas desaparecidas y no se visualizan otras interseccionalidades”, asegura Rocío Suárez, directora del Centro de Apoyo a las Identidades Trans.

Las organizaciones Letra S y Sida, Cultura y Vida Cotidiana, identificaron que en los últimos 5 años se han registrado 453 muertes violentas: el 52.17% son mujeres trans, el 43.47% son gays, y el 4.34% son lesbianas.

Además, de acuerdo con información periodística y denuncias en redes sociales, de enero a julio de 2023 desaparecieron ocho personas de la comunidad, dos fueron localizadas muertas y una con vida. Aún se desconoce el paradero de las mujeres trans Lorena Ramírez Rojas, desaparecida el 2 de enero en Guanajuato; Michel España, desaparecida el 12 de marzo en Sinaloa; Cristal Mora, desaparecida el 21 de marzo en Guerrero; Sasha Naomi, migrante hondureña desaparecida el 10 de abril en Baja California y Jovana Flores, desaparecida el 23 de abril en Colima.

Para este trabajo se consultó a organizaciones y activistas LGBTIQA+ de los 32 estados del país. Se les preguntó sobre las violencias y las desapariciones que históricamente han sido invisibilizadas. Organizaciones como Trans-Formando Veracruz, LGBT+ Rights, Centro de Apoyo a las Identidades Trans y Colectivo Diversa afirman que existe una fuerte violencia institucional al momento de denunciar las desapariciones. Exponen que los estigmas, estereotipos y la discriminación abonan y hacen más dolorosa la desaparición.

DATOS

423

Acciones Urgentes ha emitido el Comité contra la Desaparición Forzada de las Naciones Unidas (CED) en la última década.

453

Muertes violentas contabilizaron las organizaciones Letra S y Sida, Cultura y Vida Cotidiana en los últimos cinco años; el 52.17% son mujeres trans

5 millones

De personas asciende la población de la diversidad sexual y de género

3 casos

De desaparición no son tomados en cuenta por cada caso que sí se hace visible

SITIOS DE CONVERSIÓN… Y DESAPARICIÓN

El gubernamental Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas presenta enfoques diferenciados, pero los datos sobre la comunidad LGBTIQA+ distan del seguimiento que han realizado las organizaciones civiles. La plataforma de la Comisión Nacional de Búsqueda sólo considera la desaparición de 36 personas en esta categoría, la mayoría de Zacatecas, Jalisco, Sinaloa y Ciudad de México.

Jalisco es uno de los estados en donde se padece una de las crisis más severas en desapariciones. Existen 18 colectivos de familiares en búsqueda de sus seres queridos que calculan que hay más de 28 mil personas desaparecidas en la entidad, aunque las cifras del Registro de la Comisión Nacional de Búsqueda y del Sistema de Información sobre Víctimas de desaparición de Jalisco reconocen 14 mil.

Es el estado con más desapariciones de población general y de la diversidad sexual y de género. Además, concentra un alto número de cuerpos no identificados. Del 19 de septiembre de 2018 al 30 de julio de 2023 hay 4 mil 250 registros de personas fallecidas sin identificar en el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses.

Pero este estado no es una excepción en el país, es mas bien un reflejo de la crisis de desapariciones por la que atraviesa México con más de 110 mil personas desaparecidas y no localizadas.

En las desapariciones de la población de la diversidad sexual y de género en los estados de Jalisco, Michoacán y Veracruz hubo fuerzas de seguridad en colusión con la delincuencia organizada como partícipes del hecho, las razones principales fueron por odio o con fines de explotación sexual, de acuerdo con información obtenida por el Comité Contra la Desaparición Forzada de la ONU, publicada en el informe sobre su visita a México. En muchos casos las desapariciones ocurrieron al ser internados en los llamados “centros de terapias de conversión” o en los centros de tratamiento de adicciones.


conversion lgbt

El estudio Jalisco LGBT+ 2022 de la consultora Kaliopeo reveló que el 20% de la comunidad diversa jalisciense ha sido obligada o influenciada por su familia o personas religiosas a acudir a los Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual o Identidad de Género (ECOSIG), también nombradas terapias de conversión. Los testigos de estas prácticas relatan que en estos sitios se ejercen una serie de violencias, desde emocionales hasta físicas.

Fascinación Jiménez, presidenta de la organización Unión Diversa de Jalisco (UDJ), destaca el caso de Ailyn, una joven lesbiana cuya desaparición fue realizada por su familia. Ella fue internada con el fin de "corregir la orientación sexual".

Su pareja sentimental y las personas cercanas a ella quisieron reportar la ausencia forzada, pero al no ser consideradas familia directa les fue negada la denuncia. Tras la difusión de este hecho en medios y organizaciones fue liberada. Ailyn no quiso presentar cargos porque se trataba de su padre y madre.

"En estos casos, cuando la propia familia es quien te mete en un centro para intentar cambiar tu orientación sexual o tu identidad de género, ¿qué haces?, ¿quién te defiende? Hay muchos casos como este, pero de menores de edad que son ingresados por sus tutores para cambiar su orientación sexual y no hay forma de evitarlo", lamenta.

Las terapias de conversión son prácticas discriminatorias y violatorias de derechos humanos que desde el 2022 son prohibidas y sancionadas, pero siguen operando en la clandestinidad y son apoyadas por grupos conservadores y fanáticos religiosos.

Las organizaciones arcoíris y activistas enfatizan la importancia de reconocer a la familia social, una de las razones es porque las agresiones pueden provenir del núcleo familiar sanguíneo y esto impide que se realicen las búsquedas e investigaciones ante las desapariciones de personas LGBTIQA+ de manera oportuna.

Unión Diversa de Jalisco solicita a las autoridades que se investiguen todos los ángulos en estos casos, incluso la identidad de género o la orientación sexual, porque podrían ser la causa de diferentes tipos de violencia de género y violencia por prejuicio. "Cada vez hay más casos que involucran a la diversidad sexual y no se respetan los protocolos", reclama Fascinación Jiménez.



“¿QUIÉN ESPERA VER A SU HIJA EN UNA FOSA?”

Adolfo fue localizado con vida tras dos años y medio de ser reportado como desaparecido. Estuvo internado en el Instituto Jalisciense de Salud Mental, conocido como SALME, luego de ser detenido por policías municipales, quienes le dijeron que estaba “loco” por llevar vestido y tacones. Fue privado de su libertad.

Antes de ser recluido en el centro psiquiátrico, los fines de semana Adolfo usaba maquillaje, vestidos y zapatos altos para salir de fiesta y participaba en concursos de Drag Queen. Fue liberado en marzo de 2020 cuando integrantes de la Brigada de Búsqueda Nacional en Vida reconocieron su rostro entre las miles de cédulas que difunden los colectivos de diferentes partes de la República. Exigieron que Adolfo se reuniera con su familia nuevamente.

La Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ) emitió las recomendaciones 33/2017 y 187/2020 por actos violatorios de derechos humanos, detenciones arbitrarias y abuso de autoridad cometidos por elementos de Seguridad Pública contra la población LGBTIQA+. En cuanto a la desaparición de personas de la diversidad sexual y de género, la Comisión local publicó la recomendación 32/2022 donde menciona que los ministerios públicos y policías de investigación no abordan los casos con debida diligencia y con perspectiva de género integral e inclusiva. No respetan los protocolos ni el enfoque diferenciado hacia esta comunidad. En el mismo documento se indica que hay personal ministerial que tiene asignadas de 370 a 800 carpetas de investigación, lo que dificulta la búsqueda.


conversion lgbt

Yesenia Araceli Gómez Castañeda desapareció el 3 de marzo de 2022 en la colonia Arenales Tapatíos, en Zapopan, Jalisco. Salió con su novia y fueron desaparecidas por personas armadas junto con otras cuatro mujeres. Su carpeta de investigación tiene ocho tomos, pero su familia sólo ha tenido acceso a una minúscula parte: ellos han recopilado gran parte de los datos.

Miguel Gómez, padre de Yesenia Araceli, tuvo que dejar su empleo para buscar a su hija. Cuando puso la denuncia por desaparición la ministerio público le dijo que “a su hija se la llevaron porque en algo andaba”. Esta frase es una constante en los casos porque el personal de las fiscalías no está capacitado y recurre a discursos que criminalizan a las víctimas, además de acciones y omisiones revictimizantes.

Miguel es parte del colectivo Luz de Esperanza que incluye a 300 familias. En su andar por encontrar a su hija, Miguel ha sido hostigado por la policía estatal.

“¿A quién le llamas si es la policía la que te está agrediendo?”, pregunta Miguel.

La familia ha visitado diferentes estancias del estado y ha recurrido a instituciones federales sin recibir el apoyo que solicita.

“Mi prioridad es encontrar a Araceli con vida, ¿quién espera ver a su hija en una fosa?, yo creo que nadie. Al gobierno no le importan nuestros familiares: quitan las fichas de búsqueda porque no quieren que el turismo vea lo que está pasando”.


Miguel Gómez, padre de Yesenia

Miguel Gómez dejó su empleo para buscar a su hija Yesenia, desparecida el 3 de marzo de 2022.


Se solicitó entrevista con la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) y con la Comisión Estatal de Búsqueda de Jalisco pero no hubo respuesta.



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