
“Me gustaría que el gobierno pensara que no somos un número. Aquí había 36 hogares, 36 historias de vidas diferentes, todas muy dignas. Así, con dignidad, seguimos esperando volver a este que era nuestro hogar”.
Con mucho sacrificio, Rosa Martínez junto a su esposo, adquirió en 1991 un departamento. Sacaron dos créditos inmobiliarios para costearlo. Ahí, en el año 96, nació su hija Regina. Los muros de su departamento la vieron crecer. Antes de que demolieran su edificio, escribió en los muros: “volveremos”.

“Tengo 69 años y empecé a trabajar desde los 16 años para sacar adelante a mis hijas y para poder tener una vivienda. Hay muchos años de trabajo detrás de poder obtener un patrimonio”.
Lidia López firmó la escritura del departamento 603 de Pestalozzi 611 en marzo de 2017. Tardó tres meses en remodelarlo hasta convertirlo en la casa de sus sueños, donde pasaría el resto de su vida. Llegó a habitarlo 15 días antes de su cumpleaños, que es el 4 de julio. Su edificio fue demolido después del terremoto de 2017.

“Yo no sé si están esperando a que nos muramos todos para construir o qué va a pasar. Nos dijeron que teníamos nuestro presupuesto a salvo, ¿qué pasó con el dinero? No sabemos?”
Laura Mora habitaba el departamento 204 desde hacía una década. Compró en 2008 con la idea de envejecer junto a su esposo en la vivienda que tenía un balcón con vista a un enorme árbol de la calle Pestalozzi. Estaban por terminar de pagar su hipoteca cuando el terremoto la sacó de su hogar. Ha vivido en dos departamentos rentados desde entonces, huyendo de los aumentos de las rentas.